sábado, 3 de febrero de 2018

Albóndigas de pescadilla



Esta receta la hacía mi abuela y después mi madre. Ahora la he recuperado gracias a un cuaderno de cocina que tiene mi tía Patru, que yo no conocía, y del que me está enviando fotos que iré incluyendo en este blog, para que nuestra tradición culinaria no se pierda.


Ingredientes:
½ kilo de pescadilla sin piel ni espinas (yo la utilizo congelada).
3 huevos.
Una hoja de laurel, un cuarto de cebolla, tres dientes de ajos, perejil, dos rebanadas de pan, medio vaso de leche, dos cucharadas de pan rallado, medio limón, azafrán y sal.

Se cuece la pescadilla con el laurel, la cebolla y dos dientes de ajo, sin pelar y sal. Con cinco minutos será suficiente. Colamos y reservamos el caldo.
Ponemos en un bol la pescadilla desmenuzada, a la que añadiremos el pan empapado en leche, el pan rallado, un huevo batido y un majado que habremos hecho con un diente de ajo, perejil y sal. Cuando esté la pasta homogénea, empezaremos a dar forma a las albóndigas con las manos rociadas de zumo de limón.
Freiremos en abundante aceite de oliva e iremos colocando en una cazuela.
Cuando estén todas, añadiremos el caldo reservado, que habremos rectificado de sal, si fuese necesario, y azafrán (como es en hebra, se machaca previamente. Si templamos las hebras en el microondas, potenciaremos su sabor).
Llevamos a ebullición y mantendremos hirviendo unos minutos para que la salsa evapore y tenga una consistencia más espesa.
Por último y ya retiradas del fuego, se añaden dos yemas de huevo, moviendo con cuidado para no romper las albóndigas y que no cuaje el huevo.

En esta receta es importante que el azafrán se auténtico, no sucedáneo.

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